En esta zona que hoy habitamos y donde desarrollamos nuestras labores diarias se asentó uno de los grupos más avanzados de nuestros aborígenes, quienes se dedicaban a la agricultura y a la cerámica. A la llegada de los españoles ascendía a más de 2 mil los habitantes.
Para los españoles poder establecerse tuvieron que vencer la resistencia indígena que opusieron en este territorio los primeros rebeldes de Cuba representados en el Cacique Hatuey.
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